Cristo oró por la unidad de la fe para la credibilidad del mensaje evangélico, (Jn 17:21- 23). Esta unidad debe estar basada en la palabra de Dios, (Jn. 17:17). Su Palabra es el estándar universal, objetivo, y válido para todos, porque sus principios son justos, santos, inmutables, e imperecederos, ya que proceden de la Santísima Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, quien exhaló este mensaje infalible e inerrante en las fuentes originales (2Timoteo 3:16,17).