Charles Swindoll nos habla acerca de la fe que agrada a Dios; una fe sencilla que se aleja de la hipocresía religiosa. El autor nos invita a poner nuestra fe en Cristo de una forma sencilla, obedeciendo Su ley por supuesto, pero confiando en que Él es quien nos salva. Una fe sencilla nos indica como liberarnos de un confinamiento arbitrario del legalismo. Nos recuerda a los cristianos que servimos a un Dios que prometió liberta, paz y descanso.
Una fe sencilla nos indica como liberarnos de un confinamiento arbitrario del legalismo. Nos recuerda a los cristianos que servimos a un Dios que prometió liberta, paz y descanso.