En efecto Spurgeon es ampliamente considerado ‘El Príncipe de los Predicadores’, y se lo merece. Pero es tan estrechamente asociado con la predicación poderosa que muchos no se dan cuenta de lo eminentemente piadoso que era. Sí, Spurgeon pastoreó la iglesia evangélica más grande en el mundo del siglo XIX. Sí, sus sermones recopilados se extienden a más de sesenta y tres volúmenes gruesos, sermones que continúan vendiéndose bien hoy. Sí, su fama como predicador hizo de Spurgeon el nombre más famoso en la cristiandad durante su vida. Pero debería ser igualmente conocido como un hombre de una piedad profunda y una vida cristiana dinámica.