El primero en utilizar la expresión sendas antiguas fue el profeta Jeremías, que garantizó a quenes las siguieran que hallarían descanso para [su] alma (Jer. 6:16).
J.C. Ryle tenía la misma convicción, y escribió: Cuantos más años pasan, más convencido estoy de que el mundo no necesita un nuevo evangelio, tal como algunos parecen pensar. Estoy completamente seguro de que el mundo solo necesita una enseñanza plena, valiente y sin concesiones de las 'sendas antiguas'.
En este libro, Ryle expone las grandes cuestiones del evangelio y demuestra que, ciertamente, este es el buen camion donde hallar verdadero descanso para el alma.