Dios es tan claro hoy como lo fue con Nadab y Abiú en el Antiguo Testamento: Aquellos que acudan a su presencia lo tratarán como santo (Lev. 10:1-3). Sus muertes demuestran que no se puede instruir demasiado sobre la forma correcta y la forma incorrecta de adorarle. En esta preciada obra, el querido pastor puritano Jeremiah Burroughs da magistralmente las pautas para facilitar al lector el acercamiento a Dios en la adoración. A través de 14 sermones, Burroughs explica cuidadosamente la manera correcta de adorar a Dios en las tres grandes ordenanzas de escuchar la Palabra, recibir la Cena del Señor y la oración. Burroughs muestra que la verdadera adoración es reverente, centrada en nuestro santo Dios.