En esta obra, A.W. Pink aboga por la necesidad real e imperiosa que existe de interpretar la Palabra de Dios, y analiza la obra única e irremplazable del Espíritu Santo para esta tarea, a fin de “alumbrar los ojos del entendimiento” de los santos, y sin la cual estamos inexorablemente destinados a errar, ignorando las Escrituras y el poder de Dios (acaso, ¿no son de Dios las interpretaciones? - Gn.40:8). Y este análisis no lo brinda sin considerar también la disposición y las motivaciones con las que el cristiano debería acercarse a esta Palabra viva y eficaz. Pues es la única regla de fe y conducta del creyente, aparte de la cual nada sabe de Dios y de Su Hijo Jesucristo, y mediante la cual únicamente puede comprobar Su voluntad