La soberanía de Dios como la enseña la fe reformada ha sido desafiada por muchos dentro y fuera de la Iglesia. El resultado de estos desafíos han llevado a despojar a Dios de su derecho y poder con el fin de exaltar la libertad de la voluntad del hombre. El propósito de este estudio es resaltar sin lugar a dudas que los medios y el resultado del plan de Dios para salvación yace por completo en la gracia de Dios. El propósito de este estudio no es ganar un argumento teológico, sino dirigirnos a la maravillosa obra de Dios, cuyo propósito solo puede ser que su pueblo le dé a Él toda la gloria.
Juan (alvino, el reformador protestante de Ginebra (1509-1564) no escribió realmente los cinco puntos del calvinismo, aunque se basan de lleno en sus enseñanzas. Él exaltaba la soberanía de Dios: su poder y su derecho de cumplir todos sus propósitos ordenados. Las enseñanzas de (alvino fueron rechazadas por Jacobo Arminio, quien en 161 O formuló las doctrinas conocidas como la remonstrancia. Los teólogos reformados celebraron un sínodo ecuménico en Dortrecht, en los Países Bajos, de 1618-1619. Allí dieron respuesta a los cinco puntos de doctrina de Arminio apelando únicamente a las Escrituras y resumiendo la doctrina de (alvino. Fueron conocidos como los cinco puntos del calvinismo, compuestos en un credo titulado “Los Cánones de Dort”. Estos cánones se han convertido en el fundamento confesional de la Iglesia Reformada cuyo deseo es declarar la pura gracia de Dios.