Nadie se enoja con Dios por algo insignificante. Cuando estamos enojados con Dios, es porque hemos enfrentado algo inmensamente difícil. El enojo es una parte del duelo que a menudo pasa desapercibida y, como tal, es una respuesta adecuada a eventos profundamente dolorosos. Aunque con frecuencia tendemos a interpretar nuestro enojo por el sufrimiento intenso como dirigido a Dios, este libro es una invitación a procesar estas emociones intensas con Dios como una fuente de consuelo, quien es lo suficientemente firme para sostener estas emociones turbulentas.
Enojado con Dios te guía pacientemente a través del proceso de ser honesto con Dios (y con los demás) sobre tu dolor. Aprenderás a expresar tu dolor, a aliviar los efectos de este dolor, a contextualizar tu experiencia a la luz del Evangelio y a empezar a tener esperanza de nuevo.