En medio de un mundo secularizado, hedonista y escéptico, donde el ego y el eros, el poder y la riqueza son sacralizados, ¿cómo podemos comunicar la Palabra de Dios? Eclesiastés, el libro menos eclesiástico de los libros de la Biblia, nos marca la pauta. Con su característica erudición y claridad, José Grau desgrana las reflexiones del Predicador, o Cohélet, quien, desde el punto de vista de sus contemporáneos escépticos, analiza la futilidad de la vida «si se mira “debajo del sol” y sin ninguna otra perspectiva, es decir, sin mirar a Dios ni a lo trascendente» para después poner de manifiesto al Creador como fin último de la existencia humana.