El libro de Daniel es único en la Biblia. No sólo por su temática de tipo profético-apocalíptico, sino porque, se ha escrito y se conserva en dos lenguas (hebreo y arameo), a las que se añaden pasajes y capítulos en griego.
De un modo general se han distinguido en la tradición del libro de Daniel cuatro elementos: Un rasgo sapiencial, otro apocalíptico, otro histórico y otro canónico-teológico. De su recta formulación depende la buena lectura y comprensión de este libro.