Este libro lleva a sus lectores el mensaje inmutable y eterno: el hombre necesita la salvación y Dios es el único capaz de proveérsela.El autor combina citas bíblicas, ilustraciones estimulantes y las dotes de su personalidad entusiasta para exponer claramente las dulces verdades de la gracia de Dios. El lector no puede menos que sentir la pasión de este "príncipe de predicadores", cuya motivación mayor en la vida fue la de guiar a otros al conocimiento del Señor Jesucristo.