Usted no puede. Dios sí puede.
La vida siempre puede mejorarse —en nosotros mismos, en nuestras relaciones y prácticamente en todo. Pero todos nuestros audaces intentos por mejorar —si es que alguna vez cambian algo— son incompletos en el mejor de los casos o son absolutos fracasos en el peor de ellos. A veces son mucho peor que eso.
A menos que...
El evangelio de Jesucristo es la gran definición de la vida que comienza con “a menos que”... tanto para quienes ya creen (pero que no pueden creer los líos en los que todavía se meten), como así también aquellos que todavía no creen pero simplemente admiten que vivir como viven actualmente no los lleva con éxito a ninguna parte.
Redención, escrito con la audaz intensidad de un pastor y la profunda percepción de un consejero, permite que el lector profundice en las Escrituras y también en sí mismo, descubriendo así que el corazón de todos nuestros problemas es verdaderamente el problema de nuestro corazón. Sin embargo, gracias a lo que Dios ha hecho y lo que Dios puede hacer, la persona más segura y satisfecha que haya conocido podría ser usted —redimido por medio de Jesucristo.
De hecho, ninguno de nosotros puede hacer lo necesario para que nuestra vida mejore, tomando lo que siempre es frustrante y convirtiéndolo en algo perfectamente satisfactorio. No obstante, a pesar de que suene tan desesperante, es la absoluta verdad en que las buenas noticias cobran vida... en su vida. Así como lo que se ha perdido puede hallarse, lo que está mal —incluso ahora— puede recuperarse.