¿Cómo podemos estar seguros de tener los libros correctos en el Nuevo Testamento? ¿Por qué hay solamente veintisiete? ¿Cuándo, cómo y por qué se reconocieron esos libros como inspirados, y no más ni menos? Estas son preguntas que todos nos hemos hecho en alguna ocasión y que José Grau responde magistralmente a la luz de las aportaciones de importantes maestros del pensamiento evangélico, a los que el autor manifiesta su deuda de gratitud.