Crabb piensa a través de un modelo de consejería que puede ser integrado en el funcionamiento de la iglesia local, haciendo posible que cristianos se conviertan en consejeros capacitados. En su punto de vista, cualquier enfoque a la consejería que es verdaderamente bíblica, va a funcionar con mayor eficacia cuando se lleva a cabo en el contexto de un cuerpo local de creyentes.