Conocido tradicionalmente como «el profeta evangélico», algunos de cuyos pasajes son bien conocidos gracias al Mesías de Händel, el libro de Isaías requiere un comentarista con una visión espiritual muy aguda para estar a la altura de sus magníficos oráculos. Alec Motyer es esa persona.
Él entiende el libro como un mosaico de profecías que tienen diferentes orígenes y prehistorias individuales. Tales profecías se condensan en una sola unidad gracias al profeta que da nombre al libro. Motyer, de forma poco convencional, expone la profecía dividida en tres libros: es del Rey (1-37), el del Siervo (38-55), y el del Conquistador Ungido (56-66). Los tres libros componen una imagen única, en la que cada cual necesita de los otros dos.
Si bien este comentario, muy respetado, se basa en la versión New International de la Biblia, el autor proporciona su traducción propia y más literal, para plasmar con mayor precisión el significado del texto. Su objetivo constante es el de interpretar las teselas del mosaico en relación con el libro de Isaías como un todo.